CODEVI, hablando en términos de desarrollo industrial, es una zona franca en la que trabajan alrededor de 3.000 trabajadores haitianos más los supervisores dominicanos. Lleva seis años en la frontera entre Haití y la República Dominicana y consta de entradas por ambos territorios, lo que permite a las compañías transnacionales que quieran producir en esa planta beneficiarse de las ventajas que puedan ofrecerle cada uno de los países. En Haití la red eléctrica es débil e insuficiente para abastecer las necesidades eléctricas de la planta, por lo que utilizan la entrada por la República Dominicana como puerta de entrada de materias primas, abastecimiento y posterior transporte de lo producido. En cambio, si lo que la planta necesita son trabajadores económicos, CODEVI utiliza a Haití, debido a la inestabilidad política y social que sufre el país, para nutrirse de trabajadores desesperados dispuestos a trabajar alrededor de doce horas diarias a cambio de dólar y medio. Ese es el salario de un trabajador haitiano en CODEVI, por lo que tiene que trabajar cinco días para poder ingresar lo que un estadounidense gana en una hora. Para llegar a la planta de CODEVI los trabajadores haitianos deben cruzar a pie la única vía de unión entre la planta y el país: el puente sobre el río Masacre. Ese nombre hace referencia a la muerte de miles de haitianos que por ordenes del dictador dominicano Leónidas Trujillo fueron asesinados cuando intentaban cruzar la frontera dominicana.