En la inmensa sabana quemada, una acacia solitaria es nuestro punto de referencia para encontrar el guepardo. Cuando una hembra con cachorros se instala en la llanura poblada de gacelas suela encamar, día tras día y noche tras noche, en el mismo paraje, los movimientos de las presas le harán cambiar de territorio, pero mientras las condiciones de caza se mantengan óptimas, el guepardo permanecerá fiel a su cazadero y a sus puntos de observación.