Hay un lugar donde el océano es más inmenso, un lugar donde la palabra “soledad” adquiere su más plena y dramática dimensión. Se trata de un trozo de tierra perdido en medio de la inmensidad azul, en el que, además, convergen todos los misterios: lo llaman la isla de Pascua. Pocos de sus habitantes actuales descienden de los primitivos pascuenses, si es que hay alguno, y en nada se diferencian del resto de los polinesios, pero acaso no importe demasiado, porque lo que hace de Pascua un lugar especial son otros isleños, otros habitantes impasibles y herméticos, ajenos al tiempo y lejanamente humanos: los Moai. Mil seis esculturas de piedra volcánica, mil seis rostros inescrutables, que han dado pie a todas las hipótesis imaginables. ¿Quién y en qué época las tallaron?. ¿Cómo trasladaron las más grandes?. Y, sobre todo, ¿A que extraños seres representan?. “En busca del misterio” estuvo allí, filmando a las que están erguidas sobre su “ahu”, a las que yacen derribadas por cualquier rincón de la isla, a las que fueron abandonadas camino de su emplazamiento definitivo, a las que quedaron a medio tallar en la cantera. Cada detalle fue analizado, cada hipótesis sometida al juicio de la razón. No han develado totalmente su secreto, pero algo de el confiaron a este grupo de extranjeros que las contemplaban con admiración y respeto…