Éste es el testimonio de Sergi García, un manifestante que asistió a una de tantas concentraciones en las sedes del PP que tuvieron lugar en diversas ciudades de España tras el anuncio de Rajoy de la subida del IVA y nuevos recortes a funcionarios y autónomos. Casado y con un hijo, mostró su indignación tirando dos huevos contra la sede del PP, pero la verdadera pesadilla comenzaría cuando regresaba a casa, cuando fue arrestado, torturado por la policía y mantenido incomunicado durante varios días. Una muestra más de la falta de escrúpulos de los antidisturbios españoles, amparados por la indiferencia del gobierno, que no sólo no condena estas actitudes si no que encomia la actuación de la policía en las manifestaciones.