Los conflictos de Europa y el Pacífico son dos guerras separadas. Muchos americanos optan por olvidarse de Hitler y de Europa, concentrando sus esfuerzos en su guerra contra los japoneses. El presidente Roosevelt se compromete a luchar contra Hitler, oponiéndose al congreso. Inexplicablemente, Hitler declara la guerra a Norte América, relevando así a Roosevelt de una difícil decisión, que finalmente, alterará el curso de la guerra.