Pyramiden fue, durante casi ochenta años, la avanzadilla comunista en el extranjero capitalista. En 1920, en virtud de un tratado internacional, Noruega cedió a la Unión Soviética la explotación de unas minas de carbón situadas en el archipiélago de Svalbard. El régimen de Lenin fundó Pyramiden, donde mil personas trabajaron en el yacimiento durante cortos veranos y largos inviernos en medio del océano Ártico. A cambio, eran recompensadas con unas condiciones de vida relativamente lujosas. La caída del comunismo, al término de la década de 1980, significó el principio del fin de Pyramiden. Hoy día, el pueblo es un monumento gélido del declive de la Unión Soviética redescubierto por turistas y vendedores de objetos usados, y repoblado por osos polares, zorros árticos y gaviotas.