Martin Bormann sirvió en el ejército alemán cuya extraña relación de simultánea ferocidad y ternura sigue sorprendiendo a sus biógrafos.
Durante años se especuló con la posibilidad de que Bormann hubiese escapado de Alemania. Varias hipótesis hablan que se fugó a Sudamérica, ya que tras el fin de la guerra, tanto Chile como Argentina, Brasil y Paraguay habrían recibido a criminales nazis que huían de Europa. Algunos dan como falsas estas hipótesis, ya que dicen fueron creaciones de Ladislas Farago con fines de mercadeo.
En Argentina se escucha un popular dicho que se hizo conocido por los años ’60 y que rezaba: “Martin Bormann está vivo y goza de buena salud en Buenos Aires”, aunque no hay pruebas que acrediten su estancia en dicho país.
Pero la historia es popular por Chile. Hay personas que dicen haberlo visto por el sur de aquella nación y era conocido por el nombre de Juan Keller Keller, presentando documentación que lo acreditaba como chileno. Habría vivido en la actual Región de Los Ríos, específicamente en la localidad de Trumao por la comuna de La Unión. Habría facilitado su presencia el hecho de que la ciudad está conformada por una gran colonia alemana residente desde 1846 con el arribo de las familias alemanas Kindermann, Philippi y Yaeger.
La nacionalidad la habría conseguido al casarse con Ruth Mundaca, quien era funcionaria del Registro Civil chileno, y tuvo una hija de nombre Eliana. De Chile, por los años ’60, habría huido a otros países latinoamericanos, incluso se especula que escapó a Inglaterra. Algunos concuerdan que su huida fue por la captura de Adolf Eichmann en Argentina por agentes del Mossad. No obstante, la aparente veracidad de esta información es refutable, ya que se basa sólo en especulaciones respecto del supuesto parecido físico entre el ciudadano Keller y el desaparecido Bormann; se han realizado análisis a fotografías de ambas personas y el parecido no habría sido tal, incluso se ha creado la hipótesis de que sería un doble del jerarca nazi quien estuvo en Chile.
El 7 de diciembre de 1972, aparecieron pruebas que corroboraban lo dicho por Axmann. Martin Bormann, junto a Stumpfegger y Erich Kempka, salieron de la estación del metro de Friedrichstrasse junto a una fila de tanques Tiger en dirección al puente de Weidendammer, en medio de la avenida Invalidenstrasse.
Stumpfegger se subió a grupas sobre el tanque, y lo mismo hizo Bormann, Kempka iba a pie al costado del tanque. Apenas hubieron avanzado unos 40 m, un obús ruso impactó en la torreta del tanque matando instantáneamente a Stumpfegger y a Bormann, quienes salieron despedidos al costado de la avenida cayendo muertos cerca de las líneas del ferrocarríl, Kempka quedó semiaturdido tras el tanque y pudo regresar. Nadie confirmó la muerte de estos personajes dando lugar a todo tipo de especulaciones.
En 1972, los obreros de una construcción berlinesa encontraron los restos de dos esqueletos en la avenida Invalidenstrasse, ambos esqueletos mostraban un curiosa coloración rojiza y se sospechó de Bormann y Stumpfegger por la diferencia de estatura.
Uno de ellos correspondía a un hombre corpulento y el otro a un individuo más bajo. La policía sospechó que podía tratarse de los esqueletos de Stumpfegger (medía 1.90 m de altura) y de Bormann (medía 1.68 m), comprobando el relato de Axmann.
Como parte de las investigaciones, la policía interrogó en Berlín a quien fuera dentista de Bormann, el doctor Fritz Echtmann, quien reconoció las coronas que había colocado al lugarteniente de Hitler.