Los 8.000 kilómetros cuadrados de la Comunidad son una extensión relativamente pequeña para la gran cantidad de paisajes, contrastes y matices que reúne. En el primer capítulo, la sierra de Guadarrama, con el macizo de Peñalara -techo de Madrid-, la Bola del Mundo y Cuerda Larga.
Bajo las montañas nevadas, el valle del Lozoya, El Paular, Rascafría y Pinilla. Ascendemos de nuevo hasta Navafría, sobrevolamos el río Lozoya y sus embalses, y tras Riosequillo llegamos a Buitrago. En los valles del norte se sitúan las “cubetas” que surten de agua potable a Madrid, considerada la mejor de Europa.
En los propios embalses es habitual encontrar lugares de práctica de deportes náuticos. Posiblemente el de El Atazar es el más espectacular, con 115 metros de altura en su dique principal. El viaje continúa hacia La Puebla de la Sierra y La Hiruela, dos de los pueblos más aislados de la Comunidad, incrustados en el fondo del valle. De caminos, cruzamos el Hayedo de Montejo, que se ha convertido en un gran atractivo turístico natural.
En el vértice norte, triple límite con Guadalajara y Segovia, se sitúa Peña Cebollera. Por sus laderas, cascadas de agua descienden hacia Somosierra, y finaliza el camino en La Cabrera, puro granito vertical que es una tentación para los escaladores.
es muy vueno