John hace equipo con Gary Sloat, un padre suburbano con un título en computación y alma de inventor. Gary y John se disponen a convertir dos viejas cortadoras de césped en dos aerodeslizadores en dos días. Tratan de construir con materiales sencillos y comunes sólo por deporte. Es un camino difícil, lleno de problemas y largas noches de insomnio. Pero Gary prueba tener un corazón a tono con sus ambiciones. Con el grito de “persevera y triunfarás”, Gary no se da por vencido hasta que esos aerodeslizadores vuelen.