Basilio Vargas es un chico boliviano de catorce años. Cabeza de familia, a cargo de una madre y un hermano menor, cobra entre dos y cuatro dólares al día por trabajar, a veces manipulando dinamita, en las minas de plata de Cerro Rico, a las que los indígenas han bautizado como “la montaña que come hombres”. Ocho millones es la cifra de muertos desde que empezaron a explotarse en el siglo XVI. A través de Basilio conoceremos la historia de niños adultos que se juegan la vida a diario, víctimas de la injusticia y desigualdad que campa a sus anchas.
https://www.youtube.com/watch?v=63siE31CGjo