Durante dos años, un cocodrilo gigante tuvo en vilo a una pequeña comunidad de Filipinas. Todo empezó en 2009, cuando un cocodrilo atacó a dos niñas que iban de camino al colegio y decapitó a una de ellas, la pequeña de once años Rowena Ruiz. Desde entonces, el gigantesco animal aterrorizó a los habitantes de la zona hasta que, en septiembre del año 2011, el peligroso animal fue finalmente capturado.