Cuenta la leyenda que Azahara incitó a su califa a fundar esta bella ciudad residencial de Al – Medina Al Zahara, ejemplo arquitectónico e ideal cortesano cuyo nombre significa ‘la ciudad blanca como las flores blancas’, refiriéndose al azahar y en posible recuerdo a la ‘ciudad blanca’ o Medina al Bayda, sobrenombre de la ciudad de Zaragoza que, al año de iniciarse las obras del palacio cordobés, capituló ante el poderoso omeya. En el año 936 comenzaron los trabajos, un día después de que la flota de Abderraman partiera del puerto de Ceuta hacia la conquista de Melilla. Tres años más tarde nace en Algeciras un niño al que ponen por nombre Muhamman ibn Abi’amir que, con los años, se proclamara el vencedor por Alá, para los cristianos: Almanzor. En el año 965 llega a su termino la construcción del nuevo mihrab de la Gran Mezquita cordobesa, y cobran esplendor Almería y su alcaza-ba; mientras, Abi’Amir va dando forma a su sueño de alcanzar el poder absoluto. En febrero de 1977 Almanzor se pone, por primera vez, al frente de un ejército. Marcha a tierras de Salamanca, en ellas vence al rey Ramiro III. En el ascenso a ese poder total los bereberes y los esclavos le son muy útiles y el con ellos sabría ser agradecido. A finales de julio de 1002, Almanzor, después de que sus tropas pasaran por tierras de Calatañazor marcha hacia Medinaceli. Tras catorce dolorosos días, llega a su destino. A la segunda noche de su llegada al alcázar Almanzor muere. Es la madrugada del 11 de agosto de 1002 donde, cumpliendo sus deseos, fue enterrado.