Memoria de la barbarie de las batallas de ocupación, la ductilidad de una frontera que se cierra y lo mas dramático, el alejamiento entre ambos países. Es el fracaso de un entendimiento ibérico y de un proyecto de poder universal con capital en Lisboa.
Después del fracaso de la batalla de Alcazarquivir donde muere o desaparece el rey don Sebastián y sus sueños de expansión, los pretendientes para el trono de Portugal, control de Portugal es finalmente para Felipe II rey de España después de firmar unas leyes estrictas que acotaban su poder, las luchas de ingleses y españoles por Portugal, y con Juan IV duque de Braganza rey de Portugal y en el tratado de Madrid se reconoce la independencia de Portugal.