La Tercera Cruzada tuvo lugar entre los años 1187 y 1192, y su objetivo era la conquista de la ciudad de Jerusalén, que estaba en manos del poderoso sultán Saladino. Fue liderada por el rey inglés Ricardo Corazón de León, al que acompañaba el rey francés Felipe II Augusto, pero la rivalidad entre ambos monarcas fue notoria desde el primer día. Los ejércitos cruzados cristianos, apoyados por los caballeros hospitalarios y templarios, se enfrentaron a las fuerzas de Saladino en distintas batallas, como las de Hattin, Acre, Arsuf y Jaffa, y aunque lograron vencer en algunas, no pudieron finalmente alcanzar su último proposito de liberar Jerusalén.