La Casa Imperial japonesa es la monarquía hereditaria más antigua del mundo: su linaje data del siglo VI a.C. Sin embargo, su rol principal en la larga historia del país no ha dejado de generar controversia en los últimos años: no por comportamientos individuales, si no por lo caprichoso del sistema monárquico hereditario, pues durante siglos, por ejemplo, solo los hombres han accedido al trono imperial. Tras el fin de la II Guerra Mundial, la relación entre la ciudadanía y la monarquía cambió de manera definitiva cuando esta se despojó de su condición divina. Pero, ¿qué nos queda si ya cualquier tradición es susceptible de ser modificada?