Este documental de Lars Johansson que ilustra de forma magistral el saqueo y el expolio de los recursos naturales al que se ven sometidos los pueblos africanos, por parte de las compañías occidentales, con la complicidad y el apoyo de las instituciones internacionales y los gobiernos locales corruptos.
Lars Johansson nos pone el ejemplo de la explotación del petróleo nigeriano, en el Delta del Níger, por parte de la multinacional anglo-holandesa Shell. Una explotación que ha provocado un auténtico desastre ecológico y humanitario, pues debido al vertido de millones de toneladas de residuos de petróleo y a la quema del gas, se ha producido una destrucción, sin precedentes, del ecosistema de la zona. Cultivos, suelo, agua, aire, fauna y seres humanos se han visto fatalmente afectados; decenas de miles de nigerianos y de nigerianas mueren prematuramente cada año, por cáncer y enfermedades respiratorias asociadas a la quema de gas; la economía local está totalmente arruinada por la destrucción de la agricultura, la ganadería o la pesca.
A pesar de que multitud de leyes y resoluciones judiciales, locales e internacionales, que exigían a Shell el cese de sus actividades contaminantes en el delta del Níger, la complicidad del gobierno y de las instituciones internacionales, ha permitido a la compañía petrolera continuar con su actividad criminal.
Shell, además, ha sido acusada múltiples veces de la financiación de grupos paramilitares, culpables de la muerte de cientos de activistas sociales que pedían el cese de las operaciones de la compañía en Nigeria, y de sembrar el caos entre poblaciones enteras, para que se marchasen de zonas en las que posteriormente se han llevado a cabo extracciones de petróleo.