En Madrid se anunció cuando todavía estaba Esperanza Aguirre de Presidenta la privatización del Canal de Isabel II. Y en toda la comunidad se ha creado un movimiento para defender esta empresa pública que se encarga de todo el ciclo del agua. Esta tendencia ya comenzó en Catalunya y se está extendiendo por diversos municipios españoles, en los que se está intentando paralizar. El “negocio del agua” es la última delicia que, con los pretextos neoliberales habituales, pretenden convertir en fuente de beneficios para unos pocos.