Durante el mes de marzo, las fuerzas aliadas se enfrentan al fanatismo de la resistencia alemana, y los aliados occidentales descubren los horrores del régimen nazi. En abril, los americanos finalmente llegan a territorio japonés, pero a costa de un alto precio en vidas humanas. Permiten también que Stalin tome Berlín como trofeo, mientras Gran Bretaña descubre que está siendo relegada a un segundo plano.