Son niños y niñas que desde su primera infancia manifiestan ser del sexo contrario al que dice su cuerpo y sorprenden a sus familias por la firmeza con que defienden su identidad. La sociedad española ha cambiado y las familias de estos menores escuchan a sus hijos y, la mayor parte de ellas, los apoyan e intentan que su vida no sea un infierno. Hay muchos obstáculos que salvar porque los protocolos existentes van dirigidos solo a los transexuales adultos.