La campaña para despejar el estuario de Scheldt estuvo en manos de los canadienses, que ganaron una batalla sangrienta en el lodo, los campos minados y los canales para asegurar esta ruta de aprovisionamiento vital para las tropas aliadas que esperaban en Amberes. Por contraste, el intento británico de cruzar el Rin en el puente de Arnhem fue un fracaso total y desde entonces el puente fue conocido como “el puente demasiado lejano”.