Reza el dicho: “Sólo Madrid es corte”. Y es que Madrid, con sus edificios y espacios regios, posee un importante patrimonio monumental.
Comenzamos nuestro vuelo sobre los cimientos de la ciudad, las murallas árabes, junto a las que ahora destacan la catedral de La Almudena y el Palacio Real.
Después Madrid adquiría la categoría de villa y corte. El Madrid de los Austrias dejó algunos de los emblemas turísticos de la ciudad. Paseamos por la plaza de la Villa y la Plaza Mayor, donde convivieron escenas de nobles y cortesanos paseando por las engalanadas calles junto con episodios sórdidos de rencillas y asaltos protagonizados por veteranos de la guerra de Flandes y después Luis Candelas y sus secuaces.
Debido a su variedad de flora y fauna, los campos madrileños se convirtieron en coto de caza de la monarquía española. Algunos de los cazaderos favoritos fueron el Castillo de Viñuelas y los alrededores de El Escorial.
Otros lugares históricos también fueron testigo de momentos trascendentales como los toros de Guisando, donde Isabel la Católica se coronó como reina de Castilla, Navalcarnero o Chinchón, que que asistieron a bodas o coronaciones, o Aranjuez, escenario durante años de la vida palaciega.