Este Proyecto fue ideado en los años 50, y pretendía construir un detector y un destructor de bombarderos a gran altura y a velocidad supersónica. Construyeron un prototipo y realizaron dos pruebas del Saunders Roe SR-53.
Estos test demostraron que el proyecto financiado por la OTAN funcionaba perfectamente, incluso mejor que su competidor americano, el Starfighter, que, además, seguía siendo entonces un boceto en papel. La venta y distribución del SR-53 parecía segura. Sin embargo, los compradores se decantaron por el Starfighter americano.