África llama… Y lo hace a gritos, aunque no los oigamos. Llama no a la conciencia ni a la solidaridad, sino al entendimiento, a la comprensión de su complejo universo, tan complejo como cualquier otro, tan lejano como resulta considerarlo un mundo irracional, mágico, misterioso… esos adjetivos con que se adorna aquello que desconocemos. Se producen conflictos generacionales, desencuentros culturales, luchas por el poder, ni más ni menos que en el resto del planeta. Pero en un continente al que ha llegado internet mientras aún se usa el tam tam, el gran debate es el del conflicto entre modernidad y tradición. La sordera es la madre del racismo. África llama para abrirnos los oídos.