El cristianismo considera que la lujuria es un pecado, pero en el mundo antiguo, los imperios griego y romano la celebraban. Mientras los devotos de la antigüedad la definían como un apetito excesivo por el placer carnal, la Biblia lo califica con términos como fornicación, adulterio o tentación de la carne. En definitiva, un deseo sexual tan fuerte, que arrolla¿ y destruye. El Antiguo Testamento condena la lujuria, pero no la sexualidad como tal. La historia de este pecado muestra giros sorprendentes, como las orgías de los cristianos agnósticos, las leyes de los puritanos en contra de la fornicación y los exorcistas que luchaban contra el demonio de la lujuria llamado Asmodeo. Hoy en día, los científicos creen que este pecado puede tener más relación con la genética que con una elección, pero habrá que ver si son capaces de demostrarlo.
https://www.youtube.com/watch?v=mHrPj2yQbkY