Vuelan, entregan paquetes y pueden ser tan pequeños como insectos. Los drones son mucho más que las armas usadas por el ejército estadounidense contra los terroristas. Los vemos volar más a menudo y aparecen por todas partes en nuestras vidas. En Estados Unidos, más de un millón de drones fueron encontrados como juguetes debajo de los árboles de Navidad.
Los drones no sólo son más inteligentes, sino que también se están volviendo más baratos cada día. Entonces, ¿qué sucede cuando el espacio aéreo se ha convertido repentinamente accesible para cualquier persona: soldados, terroristas, aficionados y servicios de entrega? ¿Cómo vamos a tratar con el hecho de que no sabemos quién está en control de un dron o cuáles son las intenciones del robot volador? ¿Cómo va a cambiar esta innovación tecnológica nuestras relaciones entre nosotros y con el mundo que nos rodea?
Desde las sombras de drones a gran escala del artista inglés James Bridle hasta el popular deporte de las carreras de aviones no tripulados. De una carrera de drones en Dubai con buenas intenciones a una carretera de drones en el cielo que la NASA está tratando de lograr. Llegará el momento en que nosotros, los seres humanos, ya no seamos necesarios en las redes de los robots voladores. ¿Son estos los signos de una cuarta revolución tecnológica?