En 1959, en los albores de la carrera espacial, científicos soviéticos y americanos ansiaban ser los primeros en llegar a la Luna. La Unión Soviética lanzó el “Lunic” (pequeña luna), con el objetivo de plantar un estandarte soviético en la Luna. A las pocas horas del lanzamiento, se hizo evidente que el Lunic no alcanzaría su objetivo. Los científicos soviéticos veían como su pequeña sonda se unía a los otros planetas en un viaje sin fin alrededor del sol. Por ello, decidieron renombrar a su nave “Metcha” (el sueño).