Con los dinosaurios, desaparecieron también los reptiles marinos gigantes que antes aterrorizaban los océanos. Durante casi 25 millones de años, no hubo nada que atacara a los tiburones, pero ahora hay nuevos monstruos de las profundidades. Han llegado las ballenas gigantes, y no se parecen mucho a las amables buscadoras de comida del siglo XXI; en estos tiempos, cada ballena es una asesina.