En el ser humano, las transformaciones físicas van asociadas a la vida: desde el momento de la concepción se inicia un ciclo de cambios que culmina en la muerte. Para muchas especies, dichos cambios son mucho más evidentes que para otras: los renacuajos, por ejemplo, se convierten en ranas; la oruga se envuelve en un capullo y se transforma en mariposa…