La última campaña de Alejandro Magno empezó cuando intentó extender su gran imperio hasta la India, demostrando que el engaño es una de las armas más poderosas que puede blandir un general. Al liderar sus ejércitos camino de la India, Alejandro Magno se enfrentó a uno de los desafíos tácticos más difíciles que un comandante de tierra puede encontrar: el paso de un río durante un feroz enfrentamiento contra un enemigo. Alejandro logró engañar al general indio Poros convenciéndolo de que no intentaría el paso. Sin embargo, al abrigo de la noche, dirigió a su infantería a través del río, cogiendo a las legiones indias por sorpresa. La victoria fue posible gracias a su brillantez estratégica y la campaña final de Alejandro continuó.