Hasta 1978 Bilbao fue la única capital vasca que no tenía unas fiestas populares. Aquel año surgió la Aste Nagusia prácticamente de la nada. Hoy en día, ya nadie se plantea un Bilbao sin sus fiestas de agosto. La Aste Nagusia forma parte de la villa bilbaína y de la esencia de los bilbaínos. Nueve días al año en los que la ciudad se transforma y sus gentes salen a la calle.