Empleados en la guerra contra el terrorismo, estos vehículos aéreos no tripulados tenían como principal misión explorar objetivos estratégicos de gran importancia sin que se pusiera en peligro la vida de ningún soldado. Dotados de potentes video cámaras, los aviones Predator podían atravesar densas nubes de polvo e, incluso, trabajar en condiciones de escasa visibilidad y transmitir imágenes en vivo al centro de mando. El espacio repasa la actuación de estos sofisticados aparatos en la lucha contra los talibanes, así como la de otros nuevos sistemas de armas que utilizan láser y tecnología de última generación para localizar claramente al enemigo y reducir, de este modo, los daños colaterales.
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