En este documental, tres de los asesinos en serie más famosos de la historia de EE.UU. desvelan los impulsos que les llevaron a cometer sus horribles crímenes. En los tres casos aparece la infancia como la etapa en la que se fraguó la personalidad del asesino. La de Kemper fue terrible: maltratado por su madre y hermanas. Ferrel se educó con unos abuelos muy religiosos y depravados, que le introdujeron en rituales ocultistas, donde le violaron. Schaefer detestaba a su padre, por serle infiel a su esposa, mientras que él mantenía una relación íntima con su propia madre. Unas infancias terribles y su precocidad criminal son el nexo común de las tres historias.