Las manchas de viruela de los dibujos eran demasiado grandes y poco difusas. Los informes de los médicos eran muchísimo más precisos aún. La epidemia que extinguió al 85% de la población americana era una fiebre hemorrágica originada en México y completamente desconocida en Europa. La presencia de los españoles sólo sirvió para combatirla. Y más importante que el punto de vista médico fue la aportación del mestizaje. La variabilidad genética fue la salvación para los españoles y para cientos de miles, y quizá millones de mestizos después de mediados del siglo XVI.