Desde las filas demócratas, Bil Clinton ha sido el líder político encargado de conducir a los Estados Unidos hasta el nuevo milenio, determinando con ello buena parte del destino mismo del planeta. Presidente entre 1993 y 2000, William Jefferson Clinton juró su cargo con 47 años, convirtiéndose, después de Kennedy, en el presidente más joven del país. Su carrera política se forjó en el estado de Arkansas, su lugar de nacimiento, a lo largo de la década de los sesenta, pero fue en 1998 cuando inició su definitiva proyección federal divulgando sus ideas sobre la reforma educativa y del sistema de protección social. Orientó el barco demócrata hacia el centro ideológico para llegar a la Casa Blanca, y se convirtió, después de Roosvelt, en el primer presidente de este partido reelegido sesenta años después.
Aficionado al saxofón, dinámico y entusiasta, este demócrata inspirado, según dicen, por el idealismo y ambición política, tuvo que hacer frente durante su mandato a sonados escándalos, como el caso Lewinski, psicodrama tornado en guerra mediática sobre la relación extraconyugal con una becaria.
En política exterior, pasó del repliegue estratégico de los primeros tiempos de su mandato a una mayor participación internacional, hasta el punto de convertirse tras ocho años en el presidente más intervencionista desde la segunda guerra mundial.