La ética, y por ende la bioética, no pueden escindirse del derecho, como si fueran elementos inconexos. De algún modo, el derecho, como justo ordenamiento de la sociedad, debe basarse en las verdaderas normas morales; de lo contrario no lograría su alta finalidad. Esta relación correctamente interpretada es fundamental, ya que de lo contrario sucedería alguna de estas dos cosas perniciosas: a) Si la ética no se reflejara en las normas jurídicas, la sociedad toda quedaría librada a la buena o mala voluntad de sus ciudadanos; o b) si las normas jurídicas no se adecuaran a la ética, se extendería la injusticia a nivel de toda la sociedad. Desde la Antigüedad, el hombre ha sentido siempre la seducción de la fuerza. Le ha fascinado la salud, el vigor, y a cantado el triunfo del poder. Los más fuertes se erigían por encima del resto. En este documental conoceremos la lucha a través de la historia entre bioética y derecho.