Constituye un pensador extremadamente original, que viniendo de la tradición griega, se interesó profundamente por los procesos históricos y políticos de su país. Luego, en Paris, continuando con su camino político, fundó, junto con otros pensadores franceses, la revista Socialismo o Barbarie, recreando un pensamiento crítico, autónomo y libertario en el interior de las tradiciones de la izquierda francesa. Trabajó como economista. Se acerco lentamente al mundo del pensamiento de Freud, estuvo cerca del lacanismo francés. Pocos hombres cruzaron tantas vertientes del saber como Castoriadis, donde no dejo de tocar todas las esferas de la vida: filosofía, política, economía, sociología, psicoanálisis, siendo también un excelente pianista.
Pero básicamente Castoriadis estubo preocupado por un concepto que fue vertebrandolo a lo largo de varios años y que terminó probablemente en su libro fundamental, que es el concepto de la Institución Imaginaria de la Sociedad. Centrándose en la zona donde convergen los constituyentes, alli donde yace la potencia creadora, donde la plena existencia de lo diverso impide cualquier perspectiva determinista, ya sea de índole económica, social, jurídica, o lo que fuera. Para Castoriadis, se trata de pensar la compleja trama a través de la cual, las sociedades humanas, bajo condiciones incluso semejantes, pueden desplegar formas completamente distintas de construcción y de creación cultural. Explorando y penetrando en las cuestiones cruciales y fundamentales del siglo XX, profundizó reflexivamente acerca del enigma de nuestra condición humana.