Miles de mujeres de todo el mundo —y cada vez en más en EUA— están sufriendo las consecuencias de someterse a operaciones en los glúteos en clínicas clandestinas. Esta rudimentaria operación consiste en inyectar una sustancia líquida, generalmente silicona o aceite mineral, directamente en el culo y las caderas del cliente. No existe ninguna sustancia que pueda inyectarse en el cuerpo de forma segura para dar volumen a la zona. Ni siquiera la silicona de uso médico. Pero según sus víctimas, estos “cirujanos de culo” clandestinos han llegado a utilizar sustancias tan agresivas como el hormigón o la silicona industrial que se vende en las ferreterías. Después de la intervención, a veces las heridas externas se cierran con Super Glue para evitar fugas del líquido tóxico.