El documental se centra en la vida y personalidad de Albert Speer, el arquitecto que dio forma a la parafernalia nazi al diseñar los escenarios de sus desfiles y convenciones, como la de Nuremberg de 1934, cuya grandiosidad le colocó entre los favoritos del Reich. Ministro de armamento, amante del arte – arrampló con numerosas obras de arte procedentes de familias judías- y artífice de la concepción de Germania, esa mezcla de Londres y París que Hitler quería levantar como su legado personal, se invistió de una aureola de “nazi bueno”, una concepción inventada por él mismo, en la que había más mentira que verdad.