Para cambiar el mundo tenemos que reconocer que somos granos de arena, debemos ser capaces de reconocer nuestros yugos y de forjarnos en el pensamiento por encima del ruido mediático y del abuso de tecnologías. Pero sobre todo debemos despertar del letargo de esta noria luminosa y sus dulces tecnológicos. No se cambia el mundo con “like” o un “#” en redes sociales, ni siquiera con tu opinión. Se cambia despertando, tomando conciencia, abandonando el “american dream”, redimensionando los heroísmos, con valentía, dando un paso adelante y mirando a los lados.