Esta semana, Josh Klein investiga la historia de uno de los aviones más grandes y complejos del mundo, el Boeing 777. Su viaje comienza en la Europa medieval, en donde los molinos de agua convirtieron a los monasterios en las primeras fábricas. Esto le proporcionó una enorme riqueza y estimuló la construcción de catedrales góticas. Los campanarios automáticos de las catedrales condujeron a la invención del reloj, que a su vez generó el concepto de las horas de trabajo. Esto incrementó la productividad y generó el comercio mundial, con Venecia a la cabeza, en donde se fabricó un nuevo tipo de barco liviano y de armado rápido. Pero con el crecimiento de la navegación también aumentaron los naufragios, de modo que se construyeron faros cerca de las costas para proteger a los navegantes, lo que requirió la invención del cemento impermeable. El canal de Erie tomó prestada esta tecnología, lo que condujo a la industrialización de Detroit. Y en Detroit, Ford creó el Modelo T, que se fabricaba con una cadena de montaje móvil. Y es esta tecnología la que se usa para construir uno de los aviones más complejos del mundo, el Boeing 777. Pero la historia no termina aquí. Josh descubre que la cadena de montaje fue adoptada por una nueva cadena de hamburguesas en los años veinte, White Castle, para acelerar la producción de los alimentos. Y así nació la comida rápida.