En el verano de 1940, las fuerzas alemanas son las auténticas conquistadoras del Oeste de Europa. Para los alemanes la guerra había terminado. Las ciudades alemanas no han sido tocadas y el Régimen Nazi, buscando popularidad, asegura que la mayor parte de los bienes, existentes en tiempos de paz, continúan en las tiendas. No hay planes para una larga lucha, siendo una época feliz para los alemanes, que incluso aumentan el índice de natalidad.