En otoño de 1999, a Donald MacNeil, un aficionado a la vela, le empezó a preocupar su situación económica cuando vio que su trabajo como autónomo se iba agotando. Un buen día, MacNeil recibe una llamada para trabajar un mes como profesor en el Mediterráneo, y a partir de ahí comenzó una pesadilla que cambiaría su vida para siempre.