En 1564, el mismo año del nacimiento de Shakespeare en Inglaterra, nacía Galileo en Pizza, Italia, la cuna del Renacimiento. Pero Galileo estaba predestinado a una vida de problemas. Su padre era tan contestatario como lo iba a ser Galileo. La mentalidad abierta y la vasta educación que el joven recibió en los campos de la música, la literatura el arte y la ciencia hicieron que nunca lograra controlar su lengua y que tuviese que sufrir en silencio. Apenas existen datos sobre su niñez, pero la fascinación que tempranamente mostró por la Física revela que siempre poseyó una mente inquisitiva y abierta. Fue esta actitud lo que más tarde le llevaría al triunfo y a la catástrofe.