En el siglo XIII, una devastadora plaga se desató en el corazón de Asia Central, propagándose por todas las tierras comprendidas entre China y Polonia. Aquel azote infundió un pavor desatado. Pero no se trataba de ratas o de una enfermedad infecciosa, sino de hombres. Las tribus mongolas surgieron de las estepas de Asia Central y con una ferocidad insólita emprendieron una campaña de sanguinarias conquistas que se prolongaría durante todo un siglo. Las tácticas bélicas de los mongoles así como su extraordinario valor y resistencia son legendarias. Sin embargo, necesitaban un gobernante que los aunara y los dirigiese por el camino de la victoria. Aquel caudillo fue Gengis Khan.