En la madrugada del domingo 11 de enero de 2004, un patrullero llegó a una quinta situada en San Vicente, luego de recibir una llamada de Alex Cantero, un joven de 18 años, quien junto a su amigo Tito Muñoz, relató a la policía que tras llegar a casa después de salir con unos amigos, encontró muertos a su padre, Jorge Cantero, a la pareja de éste, Giselle Minond, y a su abuela Norma. Los cuerpos de las víctimas presentaban varios disparos.