El jueves 6 de noviembre de 2008, Rocío Zamorano, hija de “La Quintrala”, se sorprendió al no recibir la llamada habitual de su madre, la arquitecta María del Pilar Pérez López. La Quintrala sabía que había muy poco para festejar, ya que toda la familia se sentía entristecida por la muerte de Diego Schimidt-Hebbel, el novio de su sobrina María Belén Molina Pérez. Un desconocido le había disparado supuestamente para robarlo apenas dos días antes.