Tras 50 años de bloqueo de Estados Unidos y gran parte del mundo occidental, Cuba espera un tiempo de apertura que sus habitantes acogen con la esperanza de un futuro mejor. Visitamos el mayor país caribeño en un momento histórico, con madrileños que nos guían por lo más destacado de La Habana, una ciudad detenida en el tiempo.
José Carlos vive a caballo entre Madrid y La Habana. Mientras paseamos por el majestuoso Paseo del Prado, recordamos el brillante pasado de la ciudad a mitad del siglo XX. Nos montamos en un mítico Ford de 1957 para descubrir edificios emblemáticos como el Capitolio o la Lonja del Comercio. Visitamos Partagás, el más turístico punto de venta de tabaco, y la fábrica de puros La Corona, donde comprobamos que la elaboración de los prestigiosos habanos sigue siendo completamente artesanal.
De ahí nos vamos a la gran Plaza de la Revolución, un lugar mítico de la historia reciente cubana y epicentro de grandes celebraciones. En el barrio de Jaimanitas apreciamos el arte gaudiano de José Fuster, uno de los creadores cubanos más reconocidos internacionalmente. Y en el Hotel Nacional recordamos el desenfreno de los cincuenta en la galería de los famosos: realeza, burguesía, actores, mafiosos… todos se reunían en torno a un trago de ron y el humo de un habano.
Juanjo trabaja para la cadena Meliá Hoteles, una de las más de 200 empresas españolas que operan en la isla, y que deben asociarse con el Estado para poder instalarse. Paseamos por la Habana Vieja disfrutando del auténtico sabor de la vida en la calle. Y por contraste, nos trasladamos a La Marina, una de las áreas más exclusivas de la ciudad.
Tomamos un ferry con Juan Pablo desde la Habana Vieja para conocer algunos municipios de la bahía como Casablanca, y visitamos un museo al aire libre dedicado a la crisis de los misiles de 1962. De vuelta al corazón de la ciudad, paseamos por la principal arteria, la calle Obispo, y visitamos el curioso Museo Maqueta y el Acuario, donde nos hablan del manjuarí, un pez de agua dulce de la época prehistórica. Por último, visitamos el restaurante El Laurel, uno de los paladares más antiguos de Cuba, casas particulares dedicadas a la hostelería desde hace unos veinte años.
Roberto, que con 24 años se convirtió en el director de sucursal bancaria más joven de España, decidió instalarse en La Habana para dedicarse a la exportación de productos cubanos. Descubrimos la plaza de la Catedral, territorio de santeras, y visitamos la mítica Bodeguita del Medio, el local más conocido de la ciudad. Conocemos la iglesia de San Lázaro y conocemos el gran secreto de nuestro madrileño: es sacerdote babalawo, condición que convierte su casa en lugar sagrado. Por último nos espera Varadero (a unos 135 km. de La Habana), con sus 18 km. de playas de agua cristalina, y principal destino turístico de ocio del país.