Los Maya concibieron un calendario increíblemente preciso. Su cálculo del mes lunar varía sólo 0,0004 del valor del día aceptado por los astrónomos actualmente. Alrededor del año 200 a.C., en China, la dinastía Han encargó a los sabios la recopilación de un libro conocido como “Los nueve capítulos” donde pretendieron recuperar y preservar para siempre las enseñanzas entonces perdidas de los antiguos matemáticos chinos. El texto se destinó a solucionar problemas prácticos del mundo real: cómo dividir terrenos y bienes o cómo calcular obras de construcción. India fue la primera civilización en desarrollar un sistema numérico que incluía un símbolo especial para representar el cero- uno de los mayores hitos en el desarrollo de las matemáticas. Aryabhata [476-550 d.C.] elaboró una fórmula para encontrar el número Pi que calcula su valor real de forma más precisa que cualquier otro método contemporáneo. En el siglo VII d.C. un nuevo califato se estableció en Bagdad, aspirando a convertirse en el mayor foco intelectual del mundo. Fundaron un nuevo centro de estudios llamado “La casa del saber”, que se convertiría en el centro de los intentos por aunar todos los conocimientos matemáticos de Grecia, India y Babilonia.