La peste negra, peste bubónica o muerte negra se refiere a la pandemia de peste más devastadora en la historia de la humanidad que afectó a Europa en el siglo XIV y que alcanzó un punto máximo entre 1346 y 1361, matando a un tercio de la población continental; Diane Zahler va más allá y estima que la mortalidad superó la mitad, quizá el 60 % de los europeos o lo que es lo mismo, habrían muerto 50 de los 80 millones de habitantes europeos. Se estima que la misma fue causa de muerte de alrededor de 50 a 75 millones de personas entre los primeros casos en Mongolia (1328) y los últimos en la Rusia Europea (1353). Esta enfermedad afectó devastadoramente Europa, China, India, Medio Oriente y el Norte de África. No afectó el África subsahariana ni al continente americano. La teoría aceptada sobre el origen de la peste explica que fue un brote originado por una variante de la bacteria Yersinia pestis. Apareció en dirección a 1320 en el desierto de Gobi9 y también en 1331-1334 llegó a China, un año tras que grandes inundaciones devastaran extensas zonas del estado, tras arrasar en 1330 Birmania, llegando a India en 1342 y algunas zonas de la actual Rusia en 13389 y a Europa en 1346. Conforme crónicas de 1353, desde 1331 murió un tercio de la población china, en efecto, entre esta fecha y 1393 su población cayó de 125 a 90 millones. Es común que la palabra «peste» se utilice como sinónimo de «muerte negra», todavía cuando esa deriva del latín «pestis», es decir, «enfermedad» o «epidemia», y no del agente patógeno.
De pacto con el conocimiento actual, la pandemia irrumpió en primer sitio en Asia, para después llegar a Europa, por medio de las rutas comerciales. Introducida por marinos, la epidemia dio empiezo en Mesina. Mientras que que algunas áreas quedaron despobladas, otras estuvieron libres de la enfermedad o solo fueron ligeramente afectadas. En Florencia, únicamente un quinto de sus pobladores sobrevivió. En el territorio actual de Alemania, se estima que uno de cada diez habitantes perdió la vida a causa de la peste negra. Hamburgo, Colonia y Bremen fueron las urbes en donde una superior proporción de la población murió. No obstante, el número de muertes en el este de Alemania fue muchísimo menor.
Las consecuencias sociales de la muerte negra llegaron bastante lejos; rápidamente se acusó a los judíos como los causantes de la epidemia mediante la intoxicación y el envenenamiento de pozos. En consecuencia, en muchísimos sitios de Europa se iniciaron pogromos judíos y una extinción local de comunidades judías. Todavía cuando líderes espirituales o seculares trataron de impedir esta situación, la carencia de autoridad debido a la agitación popular, que a su vez era consecuencia de la gravedad de la epidemia, habitualmente no les permitía a aquellos tener triunfo.
https://www.youtube.com/watch?v=tVZe1eO10hg
Duración: 48:40