La fibra de amianto la podemos encontrar en los tejados e interiores de nuestros edificios. Mientras se gastan miles de millones de euros en la eliminación del amianto viejo, se está permitiendo la importación y comercialización del nuevo, el crisotilo canadiense o amianto blanco, que se oculta en termos, juntas y otros artículos de uso diario. La salud de los consumidores se encuentra amenazada. La trama internacional del amianto es responsable de estar llevando este material de nuevo al mercado.